Lanzar hachas a una diana de madera y degustar una cerveza en un bar de Bruselas, donde estas bebidas alcanzan altas graduaciones, son dos conceptos que a primera vista no casan bien pero que, con las medidas de seguridad adecuadas, pueden convertirse en una auténtica terapia para combatir el estrés.
La iniciativa surge de un viaje a Londres en el que dos jóvenes emprendedores belgas, Félix Romain y Julien Vandenitte, conocieron de primera mano este deporte y decidieron adaptarlo al mercado de Bélgica a principios de año.
Al estilo del tiro con arco, pero con un hacha y una diana de madera marcada con rotulador, los participantes deben arrojar este utensilio primitivo con las dos manos para que quede incrustado lo más cerca posible del centro, donde se obtiene la mayor puntuación.