Si en los meses duros de la primera oleda de la pandemia, marzo y abril, hubiéramos dispuesto de las pruebas rápidas que ahora manejamos, hubiéramos podido frenar antes la extensión de la enfermedad.
“En marzo la mortalidad del virus en España era del 12% y ahora ha bajado al 5,5%”
Nos ha faltado también información preventiva adecuada a ciertos grupos de población que ahora son las principales víctimas del virus.
“Los test rápidos detectan a una persona con carga viral en 10-15 minutos y son muy baratos”