Los tratamientos llegan hoy día tarde ya que se sabe que 10-20 años antes de que aparezcan los primeros síntomas de la enfermedad, ya hay depósitos de la proteína beta-amiloide en el cerebro que es una proteína tóxica para las comunicaciones neuronales. Llevar una vida activa, física, cognitiva, de relación social es muy importante así como ayudar a las familias afectadas que son los principales cuidadores.