No hace muchos años, teníamos la capacidad de recordar un sinfín de números de teléfonos en nuestra memoria. También éramos más rápidos haciendo cuentas, y no nos despistábamos de nuestros quehaceres de la vida cotidiana.
Ahora con los móviles tenemos una memoria externa que nos acompaña a todas partes. Ya no necesitamos memorizar números móviles. Y así lo ha demostrado un estudio: un 40% de los europeos no nos sabemos el número de teléfono de nuestros familiares.
Algo similar ha ocurrido con el navegador. Todos los aparatos electrónicos tienen ya GPS y no necesitamos saber orientarnos. Los mapas han quedado en desuso.
Así ha surgido la amnesia digital; la capacidad – o incapacidad – que nuestro cerebro ha desarrollado para que todos los datos los borremos de forma inmediata.