Casa Botín, ubicado en pleno corazón del Madrid de los Austrias junto a la Plaza Mayor, se fundó en 1725 y ha ido pasando de generación en generación.
Es el restaurante más antiguo del mundo y, según cuenta la tradición, el mismísimo Goya trabajó en su cocina como friegaplatos.
Pero la pandemia también ha afectado a este mítico lugar. "Hemos vivido estos meses con muchas dificultades, sobre todo por la falta de turistas. Esta es, sin duda, la peor crisis que nos ha tocado vivir", ha asegurado su responsable.
L’hardy, otro restaurante centenario, también se ha visto afectado por la situación actual: "Hemos perdido clientes y nos hemos comido muchos ahorros. Al principio de la pandemia no nos salían los números y todavía no sabemos qué pasará".
Este restaurante tuvo como comensal a la reina Isabel II. Además, Benito Pérez Galdós citaba en sus novelas a L’hardy como el primero en las artes del comer fino.
Adiós a otros míticos de Madrid
La conocida cafetería, bar y pastelería Hontanares, situada en la plaza de la Avenida de América de Madrid, tuvo que cerrar sus puertas definitivamente debido a las pérdidas económicas por la pandemia. También se vieron obligados a echar el cierre El Burladero y el Zalacaín, dos lugares emblemáticos de la capital.