En todas las profesiones siembre hay personas que destacan por tener una imagen diferente a la que uno espera. Este ejemplo se produce también con los párrocos que se quitan esa imagen de seriedad y sueltan su desparpajo en otras facetas de la vida como en las redes sociales o en fiestas.
Josep María Santamaría Quintana acaparó sin esperarlo los titulares de la crónica social tras salir a luz que había sido el cura que aconsejó al torero Juan Ortega no casarse y darse a la fuga. Este cura ya acumulaba miles de seguidores por sus famosas quedadas virtuales para rezar el rosario, donde ha participado la mismísima Tamara Falcó, o por atreverse pues prácticamente con todo: desde jugar al fútbol o aportar pues otra visión más cercana de la fé.
En Jerez de la Frontera un sacerdote llamado Manuel Barrena se arrancó por bulerías en la feria de su pueblo. Este cura cuenta es que es la primera vez que demuestra ante todos ese arte andaluz y esa gracia que le ha dado dios.
Ahora nos vamos al mundo de la tauromaquia donde nos encontramos con Víctor Carrasco un cura torero que no duda el saltar al ruedo con su sotana para profesar a la vez, su fe por dios y por los toros.
Por último, tenemos al Pepe un cura de una iglesia de Málaga que destaca por recibir a los feligreses con grandes bailes. Muchos feligreses y curiosos llegan desde todas las provincias para ver sus originales misas.