Jesús Arroyo asesoraba a empresas hace cuatro años y por entonces no sabía que su exsuegra le iba a cambiar la vida: “Se quedó viuda desgraciadamente y vino a mi casa y se murió después de cáncer. Ese año ha sido el año más feliz de mi vida”. A mi esa señora, María Dolores, me cambió. La persona más buena y a la que más es querido yo creo que es mi ex suegra”.
Viajaban y hacían planes juntos hasta que un cáncer linfático se la llevó en tan solo un mes. “Y cuando se murió yo me tiré 60 días seguidos yendo al cementerio por las mañanas. Pero yo no iba a llorar, yo iba a decir que no sé de qué va esto”.
Se quedó en shock, el odio se apoderó de él hasta que encontró el sentido: “Al cabo de dos meses dije, vale voy a empezar de cero. Lo primero que decidí fue que yo voy a vivir a partir de ahora como si tuviera una semana. Llevo cuatro años aplicándolo a rajatabla”.
Todo empezó a mejorar en su vida con el cambio de vida: “Cunado a uno le queda una semana, a mí el dinero me da igual. Yo nunca he ganado tanto dinero. El dinero no tienes que buscarlo. Tienes que dedicarte a lo que tú sabes y te viene. Yo nunca he sido más feliz y no me ha ido tambien en mi vida”.