Una antigua fábrica textil se convierte en un epicentro de pisos turísticos en Puente de Vallecas. Pretendía ser el almacén de una frutería. Eso fue lo que el nuevo propietario dijo a los antiguos dueños a la hora de comprarlo.
Sin embargo, este acabó convirtiéndolo en, concretamente, 14 pisos turísticos. Los vecinos están hartos de los problemas que ocasiona.: “En la terraza hay juerga todos los fines de semana”, afirma uno de ellos.
Pero el ruido no es la única queja, los vecinos también están hartos del constante trasiego de personas. Los bajos precios de las habitaciones hacen pensar a aquellos que conviven con el edificio que el hacinamiento es la norma dentro del edificio, “No van a hacer un baño por cada habitación…”, señalan.
“Ahí vino una señora con su hijo y dijo, vámonos de aquí. Aquí no me quedo yo ni regalado” cuentan los vecinos.