Una pareja de viajeros estaba hospedada en un céntrico hotel de la capital. Y es allí donde conocieron a un hombre boliviano que les ofreció un alojamiento mucho más económico. Perfecto para afrontar su estancia en Madrid.
El matrimonio se trasladó hasta la calle Ferroviarios, número 76. Antes de ver la habitación le pagaron a su estafador 400 euros.
El presunto timador le pidió a sus víctimas que le esperan unos instantes mientras él entraba en el interior de un supuesto piso bajo a pie de calle.
Tras dos horas de espera, el supuesto estafador apareció en aparente estado de embriaguez y tras permanecer todo ese tiempo realmente en un prostíbulo. Ni rastro del piso turístico que había ofrecido a los turistas.
Tras la intervención de la policía, el hombre quedó detenido por un presunto delito de estafa. Los agentes ahora investigan este oscuro negocio en pleno barrio de Usera.