Verano de 1971. A Coruña. Un hotel. Un encuentro por casualidad entre Víctor Manuel y Ana Belén se acabó convirtiendo en el principio de una gran historia de amor.
Ana Belén estaba de gira por el norte de España con la obra de teatro Un sabor a miel. Víctor Manuel estaba de gira junto a Julio Iglesias. Y, precisamente en el hall de un hotel de la ciudad gallega fue donde ambos artistas se conocieron.
Poco después rodaron la película Morbo, donde se dice que se fraguó el amor entre ambos. El amor en la ficción traspasó la pantalla y se convirtió en una historia real.
En ese momento, Ana se convirtió en la musa del cantante asturiano, que, en cada disco, sacaba una canción dedicada a ella. “Le escribí un día una canción de amor, que es de los trabajos que más me han gustado de los que he hecho. Me salía muy de dentro”, llegó a confesar Víctor en una entrevista.
Al estilo de John Lennon y Yoko Ono, el 13 de junio de 1972 la pareja se dio el sí quiero en Gibraltar, debido a las enormes dificultades para casarse por lo civil en España. Una boda que Ana Belén ha confesado, con humor, que celebraron por “cobardía”: “No queríamos casarnos, sino vivir juntos. Pero en aquella época en este país… Era complicado”.
Pasaron los años y, canción tras canción, la familia iba creciendo. Primero tuvieron a David y, ya en los años ochenta, llegó Marina. “Víctor y Ana son muy familiares”, nos cuenta Iñaki Gabilondo, íntimo amigo de la pareja.
Cincuenta años juntos. Cinco décadas de un matrimonio en el que el amor y el respeto han primado por encima de la notoriedad.