Nos ocupamos de la fibromialgia, una enfermedad controvertida cuyos síntomas se consideraban aislados, asociados a otras enfermedades, o directamente fingidos por parte de quienes la sufrían.
Hasta que comenzó a tratarse propiamente como una enfermedad, los pacientes eran derivados generalmente a psiquiatría.
En 1992, la OMS aceptó la fibromialgia como una enfermedad reumatológica y crónica, pero quienes la padecen, aún sufren incomprensión. Y es que se trata de una enfermedad invisible, dice el doctor Sánchez Martos: “No podemos demostrar con una prueba habitual, una radiografía o una resonancia, que hay una lesión… Pero el dolor, el cansancio y la alteración del estado de ánimo, están ahí”. “No es una enfermedad psicológica sino orgánica, aunque tiene consecuencias psicológicas”, asegura el doctor.
Se estima que alrededor de un millón de personas sufren fibromialgia en España. La Sociedad Española de Reumatología establece que esta enfermedad puede ser la causante de un 30% de discapacidades.
En la actualidad, se examinan 18 puntos del cuerpo en los que se manifiesta dolor de forma habitual por causa de la fibromialgia, si bien, la Seguridad Social considera que, en este caso, el dolor es subjetivo.
La ausencia de certeza médica sobre la sintomatología genera problemas de conciliación laboral y relaciones sociales a los pacientes, como es el caso de Andrea Levy.
La delegada de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, anunció recientemente que sufre fibromialgia y que decidió hacerlo público después de viralizarse un vídeo de una intervención suya en el pleno municipal, donde en varias ocasiones se trastabillaba y confundía las palabras de su discurso.
"Hay determinados comentarios que ponen en duda mi forma de trabajar, incluso mi forma de ser, mi vida privada, que no responden a una realidad, y a veces nos deshumanizan...", una frase que explica a lo que tienen que enfrentarse los pacientes de fibromialgia.