El método Zahorí es una actividad milenaria para ubicar pozos de agua subterránea. Mediante distintos utensilios detectan la energía magnética que producen las corrientes de agua.
En marzo conocíamos a uno que interpretaba lo que dice la vara de olivo de madera. Cuando llegue a una corriente se baja. También hacen uso de péndulos o varillas.
En esta ocasión, Miguel, zahorí de 61 años, nos cuenta cómo desde los 28 años lleva localizando agua bajo tierra y que ahora, en plena sequía, no le falta trabajo.
Actualmente, él cuenta que ya no utiliza utensilios: “Yo usaba el péndulo, la varilla, pero vi que daba confusión y no daba la efectividad que tenía, aprendí a no usar nada. Sabemos la cantidad de agua que lleva cada corriente”.
Casi a la misma edad que comenzó, su hija de 29 años seguirá con la profesión: “ha aprendido de mí y se le da muy bien”, explica. “Estoy cobrando cerca 300 euros, pero por desplazamiento dependiendo de los kilómetros extra”, concluye Miguel, que cuenta que antes lo hacía gratis, pero ahora tiene que cobrar.