- Compartir:
- Compartir en Facebook
- Compartir en Twitter
- Compartir en Whatsapp
- Compartir en Messenger
- Compartir en Messenger
El relojero del Palacio Real tarda 3 días en cambiar la hora a los más de 200 relojes
- José Antonio es el encargado de mantenerlos y repararlos

- Chapters
- descriptions off, selected
- subtitles settings, opens subtitles settings dialog
- subtitles off, selected
This is a modal window.
Beginning of dialog window. Escape will cancel and close the window.
End of dialog window.
This is a modal window. This modal can be closed by pressing the Escape key or activating the close button.
This is a modal window. This modal can be closed by pressing the Escape key or activating the close button.
La madrugada del domingo, 26 de marzo, dará comienzo el horario de verano. A las 2:00 horas serán las 3:00 horas. Y, aunque ahora los móviles se actualizan solos, no ocurre lo mismo con los 213 relojes que tiene que adelantar José Antonio, relojero del Palacio Real.
El Palacio Real alberga una de las colecciones de relojes más valiosas de Europa. La mayoría fabricados durante el siglo XVIII por los relojeros ingleses, franceses, suizos y españoles más importantes. José Antonio es el encargado de mantener y reparar.
José Antonio tarda, nada más y nada menos que, tres días en cambiar la hora a todos los relojes del Palacio. Ya este jueves pasado comenzó con esta tarea, la cual finalizará el lunes, recorriendo cada sala para poner todos a punto.
Sin lugar a dudas, se trata de una tarea muy laboriosa, ya que todos los relojes son auténticas piezas de colección y su maquinaria es convencional. Los hay que tocan música, que cuentan una historia, que sirven de mesa o incluso que tienen autómatas que se mueven.

La historia de la decoración del salón más bonito del Palacio Real de Madrid, la Sala Gasparini
Esta amplia colección de relojes data desde el siglo XVI hasta los primeros años del siglo XX, siendo el resultado de las adquisiciones realizadas por los monarcas españoles a los más afamados maestro relojeros europeos, que se conservan en perfecto estado gracias a los artesanos del Taller de Relojería del Palacio Real.