María José perdió a su hijo hace siete años cuando esperaba al autobús en una marquesina en el Paseo del Prado a la altura de Neptuno. El conductor iba por esa calle a más de 120 km/h, dio positivo en drogas, alcohol y tenía antecedentes penales.
"Mi hijo Iván, que tenía 15 años, estaba esperando el autobús, se separó un poco de la parada para ver el visor cuando fue brutalmente embestido y atropellado a 135 km/h". Así relata María José aquel fatídico 9 de diciembre de 2016.
"La persona que mató a mi hijo fue capaz de salir por sus propios medios, sentarse en el bordillo e intentó escapar incluso, luego entonces sabía perfectamente lo que hacía", nos cuenta María José.
"Lo primero que piensas cuando te dan la noticia de que alguien ha matado a tu hijo, como en este caso, es si mi hijo se va yo me voy con él. Mi hijo vino conmigo y yo me voy con él", nos dice entre lágrimas.
Ahora, esta madre lucha para que se cambie la ley y esto no quede como un homicidio imprudente, por su hijo, todos los fallecidos y los que puedan venir. Lucha para que las penas sean mayores y no se recojan como accidentes.
"Es como salir con cualquier otro tipo de arma. Si tú sales con un arma blanca, con una pistola, la llevas cargada, que en este caso el coche iba cargado porque él había consumido una serie de tóxicos, pues al final pasó lo que tenía que pasar, que acabas apuñalando a alguien o acabas matando a alguien con el coche, que en el momento que lo utilizó de esa manera es un arma letal".
"Lo primero que quiero conseguir es que este tipo de delitos dejen de llamarse accidentes. Por hoy se les cataloga, según el Artículo 142, de homicidio imprudente. Estos homicidios son completamente voluntarios, dolosos", añade.