El robo de cobre se ha convertido en un auténtico problema en España. Hace tan solo dos días, la Guardia Civil desarticulaba una organización criminal asentada en nuestro país y se llevaba detenidas a 12 personas y se investigaba a otras tres por el presunto robo de 15 toneladas de cable de cobre.
El Polígono Industrial Prado Overa de Leganés está en el punto de mira y la Policía Nacional se persona en la zona casi diariamente por esta problemática. Un equipo de Madrid Directo se adentra en varias de estas chatarrerías sin permiso para gestionar residuos.
En una de ellas, desde la página web gestiona.Madrid.org de la Conserjería de Medio Ambiente, se especifica que cuentan con el permiso de posesión, pero no para gestionar residuos. Sin embargo, varias personas nos aseguran vender cobre ahí. Por ende, los trabajadores afirman tener la documentación pertinente para llevar a cabo este tipo de gestiones.
Desde la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje, en la patronal del sector, se denuncian al año alrededor de 15 de estos establecimientos ilegales. "Puede haber aproximadamente entre un 15%, un 20% de sector ilegal", declara Alicia.
Sin lugar a dudas, todos los metales tienen su valor, pero el precio del cobre y el bronce es mucho más elevado. Alicia nos cuenta que en una chatarrería nos pueden dar hasta tres euros por un kilo de cobre. "A nosotros nos roban los camiones cuando ya está tratado el cobre".
Pablo Pérez, portavoz de JUPOL, nos cuenta de qué forma nos afecta a los ciudadanos el robo de cobre. "El ejemplo más claro que tenemos es el de las catenarias del tren. En este sentido, lo que puede ocurrir es que perdamos un tren, que haya retrasos, que lleguemos tarde a nuestro trabajo, problemas para conectarnos a Internet, redes telefónicas o incluso el alumbrado, como ya nos ha ocurrido en tramos de la M-40, M-50, al robar ese cableado".
Al parecer, las chatarrerías cuentan con un libro de la policía donde se apunta todo el cobre que entra y sale. Cuando se suceden estos casos, no lo registran, lo camuflan entre la cantidad de mercancía que tienen y luego le dan una salida rápida.
Pablo Pérez nos cuenta que se pueden diferenciar distintos tipos de delincuentes en este sentido. Los hay que sueles sustraer chatarra un poco más pequeña, como pueden ser los pomos de las puertas, y luego están los que roban a gran escala.