Por la plaza de la Paja pasean muchos madrileños sin saber que guarda un secreto. Una puerta pequeña y poco visible da acceso a uno de los espacios más desconocidos de Madrid. El Jardín del Príncipe de Anglona, un pequeño y verde espacio que fue un lujo de los residentes del palacio de antaño. Hoy es uno de los pocos jardines nobiliarios del XVIII que se conservan.
Rafael, historiador, nos cuenta todas las curiosidades de este parque público desde 2002. Se trata de una obra de Javier de Winthuysen de 1920, pintor y diseñador de importantes jardines en toda España como los de la Moncloa.
El jardín toma el nombre del palacio contiguo y aún conserva la estructura original que define todo el espacio. Cuenta con unos 800 metros cuadrados y trazado neoclásico, y tiene varios bancos en los que poder sentarse y disfrutar de la tranquilidad del lugar.
El palacio adyacente al jardín es una típica residencia nobiliaria que perteneció a los herederos de Álvaro de Benavides. Fue construida en el siglo XVII con la sobriedad que caracteriza las edificaciones castellanas. En el siglo XVII fue habitado por ilustres cortesanos como el Príncipe de Anglona y, en la actualidad, alberga un conocido restaurante madrileño de cocina creativa, el Palacio de Anglona.
Este parque tiene un horario de verano (de 10:00 a 20:00) y de invierno (10:00 a 18:30).