En verano debemos extremar la precaución con alimentos como el marisco. Lo más importante es cuidar su conservación y sobre todo, no romper la cadena de frío. De hecho, se recomienda no sacar el marisco durante más de 15 minutos del frigorífico antes de cocinarlo.
Algunos consejos para evitar intoxicaciones alimentarias por marisco en verano
Los moluscos son los más sensibles a los cambios de temperatura, pero en realidad debemos extremar la precaución con todo el marisco en verano.
En el caso de las gambas rojas y blancas, debemos fijarnos en el color, el brillo y sobre todo el olor. Su olor nunca debe ser demasiado fuerte. Sin embargo, si vemos algún tono negruzco en la cabeza de la gamba, no debemos preocuparnos, ya que es algo común e inofensivo y muy presente en este tipo de marisco.
Las ostras, almejas y las navajas deben estar vivas hasta el momento de su elaboración. También los berberechos. En el caso de los moluscos son más peligrosos porque viven de filtrar el agua donde viven y éste puede estar contaminado con alguna bacteria dañina para nuestra salud. El berberecho, por ejemplo, es un fácil portador de la hepatitis C si no se cocina de forma adecuada.
Cómo conservar y cocinar el marisco en verano
Debemos vigilar constantemente que no se rompa la cadena de frío con el marisco. Al sacarlo del frigorífico, conviene taparlo con un paño fino para que conserve mejor la humedad. En el caso de berberechos y otros moluscos, se conservan mucho mejor si están prensados. De esta forma, podrán retener mejor el agua.
Al cocinar los berberechos, coquinas o almejas, debemos desechar los que no se abran con el calor. Las gambas, por su parte, deben adquirir un color coral si se cocinan a la plancha. Recordemos que cuanto más crudas las dejemos, más riesgos de intoxicación habrá.