El embajador Kutner es natural de Buenos Aires. Un viaje a Israel en plena adolescencia marcó su futuro. Impresionado por un país que prácticamente acababa de nacer, terminó la escuela secundaria y se trasladó definitivamente allí.
El camino diplomático le trajo a España en 2015, aunque su interés por nuestro país comenzó hace más de treinta años cuando realizaba su tesis en Madrid. El embajador es licenciado en estudios árabes y ha trabajado durante años en el Centro de Investigaciones Políticas del Ministerio de Exteriores.
Conoció a su esposa Shirley en la universidad. Fue un flechazo. Tan solo tenían 19 años pero no se han separado desde entonces. Tienen dos hijas. Le gusta hacer deporte y corre regularmente en El Retiro. Pero también sabe disfrutar de unas cañas y una buena comida con amigos.
Cuando llegue el momento de dejar la ciudad, dice, “una de las cosas que me voy a llevar de España, y en concreto de Madrid, es saber vivir la vida”.