A tres horas de Canberra, en New South Wales, nos encontramos una de las playas más espectaculares de todo el planeta: Hyams Beach. Figura en el libro Guinness de los records por poseer la arena de playa más blanca del mundo. De hecho, está compuesta en su mayoría por granito de magnesio y viene de las barreras de coral.
La población australiana, que en su mayoría vive cerca de las costas, disfruta paseando por su litoral o pegándose un buen baño. Eso sí, hay que tener mucho cuidado con con los tiburones, las medusas o los cocodrilos de agua salada, que han dado más de un disgusto serio....