Joel, el peluquero del Cristo de Medinaceli: "Es una gran responsabilidad"
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REDACCIÓN
Hasta ahora se encargaba de peinar y maquillar a las novias, pero siempre ha sido un gran devoto del Cristo de Medinaceli, y el día que le propusieron a Joel mantener y cuidar el pelo del Cristo, sintió una gran alegría y una tremenda responsabilidad: "Imagina que quemo el pelo del Cristo de Medinaceli", nos dice.
Pero Joel cuida con mucho mimo cada una de las 11 pelucas que guarda del Cristo. La mayoría, elaboradas con pelo natural, a base de unir mechones de los fieles. "Los fieles donan mechones de su pelo, y cuando ya tenemos la cantidad suficiente, hacemos una peluca nueva. Algunos lo hacen por una promesa. Se dejan crecer el pelo y luego se cortan una coleta. Da igual el color, porque nosotros luego lo teñimos".
Joel se encarga desde hace poco menos de un año de desenredar la melena de las famosas pelucas del Cristo, planchar el pelo o subir ligeramente una onda en las puntas.
Las pelucas sintéticas cuestan desde 30 euros hasta 200, y las de pelo natural, salen más económicas si se elaboran con pelo donado, pero si se compran, el precio puede subir hasta los 300 euros. "Hacer una peluca es muy laborioso".
Muchas de las pelucas las lava con champú, y algunas precisan tratamiento con mascarilla. "El humo de las velas, el incienso, el polvo... todo hace que se ensucien mucho".
La madre de Joel es peluquera, y él, que sigue su mismo oficio, es además un gran devoto del Cristo de Medinaceli. Por eso no dudó en aceptar ser el encargado de mantener sus pelucas, a pesar de que sea un trabajo voluntario y no consiga por ello ninguna remuneración económica. Joel se encarga, además, de arreglar las pestañas (de pelo natural) y las uñas de la Virgen de los Dolores en su mayor Soledad, también en la Basílica del Cristo de Medinaceli.