La manzana es la fruta por excelencia porque la tolera la mayoría de personas y gracias a su sabor entre dulce y ácido puede combinarse y utilizarse en cualquier receta. La sabiduría popular le ha atribuido a este fruto numerosas propiedades.
Se cree que fueron los romanos los que introdujeron esta fruta en la Península Ibérica y con el paso de los siglos, España se ha convertido en uno de los mayores productores mundiales en la industria de la manzana.
El 85 por ciento de la composición de una manzana es agua, por lo que es un fruto ideal para la hidratación. Destaca por su contenido en potasio, zinc, manganeso y selenio que desempeñan funciones importantísimas para evitar la oxidación y el envejecimiento de las células. Además, previenen el cáncer y su contenido alto en glucosa es esencial para evitar las bajadas de azúcar.