La alimentación es fundamental para nuestra supervivencia y es que hasta un 7,5 de los genes que tenemos en nuestro cuerpo se dedican al metabolismo. Un metabolismo que además es distinto en cada uno de nosotros, pero que dependiendo de los alimentos que estemos acostumbrados a consumir pueden modificar nuestros genes.
El sobrepeso y la obesidad pueden modificar el epigenoma del metabolismo, pero lo que lo modifica realmente es comer un exceso de grasas o de azúcares. Estos alimentos disminuyen la eficiencia del sistema inmunitario, e incrementan los procesos inflamatorios. Es decir, que estaremos enfermos con más frecuencia y sufriremos de dolores articulares. La alimentación de los padres también condiciona como serán algunos aspectos del epigenoma de sus hijos y pueden favorecer al sobrepeso y la obesidad.