A pesar de su importancia, para muchos madrileños Arturo Soria es un auténtico desconocido. Este madrileño inventor, emprendedor, activista político y editor, pero sobre todo, urbanista fue el padre del hoy popular barrio de Ciudad Lineal.
Este martes, el Ayuntamiento de Madrid decidió concederle el título de Hijo Predilecto de la Ciudad de Madrid, cien años después de su fallecimiento.
La Ciudad Lineal fue su proyecto vital con el que prendía solucionar algunos de los problemas de higiene, hacinamiento y transporte del Madrid de finales del siglo XIX.
En su obsesión de visionario concebía una gran ciudad articulada a ambos lados de una ancha vía central provista de ferrocarril o tranvía. Con todos los servicios necesarios, conducciones subterráneas de agua y gas, con calefacción y electricidad. Proponía hasta un hilo telefónico de uso público general, y por encima de todo zonas verdes. Donde no puede vivir un árbol, no deben vivir las personas, solía decir.
Fue un sueño que nunca llegó a materializarse tal y como Arturo Soria lo concibió. La burocracia, la crisis y las luchas de intereses de la época apenas permitieron la construcción de la primera fase.
Fue un intento de mejorar la vida de las personas que el Madrid contemporáneo siempre ha reconocido dando su nombre a la gran calle de Ciudad Lineal, a su parada de metro, a una estatua.