En la 'Antigua Pastelería del Pozo' llevan 200 años haciendo todo tipo de bollos, pasteles y dulces. Con la actual crisis sanitaria y económica, al estar situados en pleno centro de la capital, han tenido que innovar para poder seguir vendiendo.
Además de entrar clientes al obrador, han entrado las plataformas digitales de pedidos a domicilio. Y ahora salen las motos desde allí con los encargos rumbo a las casas de los clientes.
Antonio Pérez, el encargado de la pastelería, dice que, exceptuando el servicio a domicilio, "todo lo demás tiene 200 años". Al principio reconoce que fue complicado, pero "o te haces a lo que hay o te hundes".
A pesar del servicio a domicilio muchos clientes siguen prefiriendo ir, ver y elegir. Aunque haya que esperar un poco. Otros en cambio, hacen su pedido por teléfono o a través de una aplicación, y también pueden degustar, por ejemplo, la tradicional plancha de crema.