Los bomberos continúan hoy con el rescate de personas en pueblos aislados o que han quedado atrapadas en sus casas, 48 horas después de las graves inundaciones que han causado al menos 14 muertos y más de 20.000 evacuados de la región italiana de Emilia Romaña (noreste), mientras se temen nuevas lluvias con casi todos los ríos en estado de alerta.
Las operaciones de rescate son complejas por las numerosas averías reportadas en las redes eléctricas y telefónicas, ya que muchas personas se encuentran sin posibilidad de comunicarse, además de que decenas de carreteras comarcales son impracticables debido a los desprendimientos de tierra.
Incluso en la noche continuaron las inundaciones en algunas partes en Rávena, donde el Ayuntamiento ordenó la evacuación de las casas de algunas calles donde el agua estaba subiendo peligrosamente, según los medios locales.En varios pueblos todavía hay viviendas sin electricidad y agua potable, mientras que en los Apeninos algunas localidades están aisladas debido a los deslizamientos de tierra, particularmente en la zona de Forlì.
Las escuelas de ciudades como Bolonia y Casalecchio han abierto hoy, aunque el estado de emergencia continúa en toda la región.
La agencia ambiental regional de Emilia-Romaña confirmó que se mantiene la alerta roja,aunque las previsiones meteorológica han mejorado en las últimas horas, pero se teme que vuelva a llover durante el fin de semana cuando los ríos aún se encuentran en estado de alerta por las crecidas. EFE
LA AGRICULTURA Y EL TURISMO GRAVEMENTE AFECTADOS
La agricultura, con 50.000 puestos de trabajo en peligro, y el turismo, a pocas semanas del inicio de la temporada veraniega, son dos de los sectores más afectados por las graves inundaciones.
Entre agricultores y empleados de industrias y cooperativas son al menos 50.000 los puestos de trabajo en juego en el campo de Emilia Romaña, según las estimaciones de la mayor asociación agrícola y ganadera de Italia, que ha calculado en más de 5.000 las explotaciones agrícolas que se encuentran anegadas, con numerosos animales ahogados y decenas de miles de hectáreas bajo el agua.
Junto a la agricultura otro de los sectores gravemente afectado por las inundaciones es el sector turístico, pues las lluvias torrenciales han arrasado también hoteles la costa adriática de la región justo cuando se acaban de preparar las principales playas de la zona para la campaña veraniega, aunque los mayores daños se han registrado en el interior.