La Guardia Civil ha detenido a los cuatro integrantes de una banda de ladrones como supuestos autores de ocho robos en centros escolares de distintas localidades de Madrid, de los que sustrajeron al menos 350 ordenadores y tabletas valorados en más de 125.000 euros.
A los miembros de la banda, conformada por cuatro ciudadanos chilenos, dos de ellos con antecedentes por delitos contra el patrimonio tanto en España como en su país, se les imputan ocho robos con fuerza en colegios y tres tentativas en centros de la ITV, ha informado la Comandancia de Madrid del Instituto Armado.
No obstante, los agentes continúan investigando otros 30 robos en los que los arrestados podrían estar involucrados y para determinar dónde y cómo vendieron parte del material sustraído.
Tras ser detenidos el pasado lunes 27 de noviembre, los tres autores materiales de los robos han ingresado en prisión provisional a la espera de juicio, mientras el cuarto, el encargado de vender los efectos sustraídos, sigue en libertad.
En el marco de la operación bautizada como Cerbero Docto, cuya investigación comenzó a principios de octubre y que ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción número 8 de Navalcarnero, los agentes han realizado tres entradas y registros en domicilios de Carabanchel y Parla, de los que recuperaron 350 dispositivos electrónicos valorados en más de 125.000 euros.
"Pero lo importante es el perjuicio que causaban al funcionamiento de los centros, porque la Consejería de Educación podía tardar unos seis meses en reponer el material y eso causaba a los alumnos un perjuicio en su formación", ha remarcado el jefe de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia, José Berrocal, en una rueda de prensa.
La banda operaba principalmente durante los fines de semana, cuando los centros escolares estaban cerrados. Los viernes acudían a realizar vigilancias y a desactivar el suministro eléctrico; si el sábado o el domingo continuaban sin electricidad, y por tanto la alarma estaba desactivada, entraban forzando ventanas o puertas.
Los supuestos ladrones se desplazaban en coches alquilados que cambiaban cada semana, lo que dificultó su localización y denotaba su experiencia y su cuidado por no ser descubiertos, según el agente.
No obstante, el primer hilo del que la Guardia Civil pudo tirar fue uno de esos turismos, que emplearon para cometer un robo en Navalcarnero. Posteriormente lo localizaron en la ciudad de Madrid e identificaron a su ocupante, a partir del cual lograron dar con el resto de miembros de la banda.
Además del cometido en Navalcarnero, los arrestados participaron en robos en colegios de Rivas-Vaciamadrid, Paracuellos del Jarama, Fresnedillas de la Oliva, Collado Villalba, San Fernando de Henares y del distrito de Villaverde. También se recuperaron objetos procedentes de centros de Castilla-La Mancha y Castilla y León.
Por otra parte, los centros de ITV en los que trataron de robar están situados en las localidades madrileñas de Humanes, Pozuelo de Alarcón y Algete.
El cabecilla de la organización, de unos 40 años de edad, llevaba cerca de dos años asentado en España y empleaba una identidad falsa de un ciudadano peruano, mientras que el resto, de entre 30 y 40 años, vivían desde principios de año en Madrid.
"Es una célula que pensaba operar aquí durante un tiempo y luego regresar a su país, como hacen las bandas de albaneses o georgianos", ha subrayado Berrocal.
En la investigación también han participado la Fiscalía de Móstoles, la Consejería de Educación y los directores de los centros escolares afectados. Estos dos últimos, ha remarcado el jefe de Policía Judicial, están tomando medidas para evitar que estos robos vuelvan a suceder.
Por su parte, la Oficina de Análisis de la OCN Interpol Santiago de la Policía de Investigación de Chile colaboró en la identificación del líder y facilitó los antecedentes penales de los implicados.