La gran novedad de las elecciones del domingo en Cataluña es que el independentismo ha obtenido el peor resultado de su historia. Ha perdido la mayoría absoluta por primera vez en 40 años. En 2012 cuando comienza el proceso independentista, el soberanismo sumaba 74 escaños. Hoy son 61 los que suman Junts, ERC, Cup y Alianza Catalana.
Primera consecuencia de los resultados. el presidente en funciones de la Generalitat, Pere Aragonés, anuncia que deja la primera línea política y reitera que pasarán a la oposición. "No estaremos para facilitar una investidura del PSC y no participaremos de operaciones que necesitan del acuerdo de Junts y PSC".
Lo decía minutos después de que, a pesar del descalabro, el fugado Carles Puigdemont quiere encabezar un gobierno nacionalista y pedirá al resto de fuerzas que le permitan gobernar aunque sea en minoría. Dijo que ya había contactado con Esquerra Republicana y reclamaba para ello la abstención del PSC en segunda votación.
El ganador de las elecciones ha sido claro. El PSC no investirá a Puigdemont aunque "amenace con bloquear la gobernabilidad en España". Así lo ha dicho a portavoz del PSC, Núria Parlon, que ha instado a Puigdemont a "aceptar el principio de realidad" respecto a la victoria en votos y escaños que han obtenido los socialistas en las elecciones de este domingo.
Por su parte, el candidato del Partido Popular, Alejandro Fernández, aseguró este lunes que está “descartado” apoyar la investidura de su homólogo en el PSOE, Salvador Illa, si el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no rompe sus acuerdos con Junts y ERC en el Congreso.
“Eso primero sería estafar a nuestros electores y, en segundo lugar, sería hacer el primo”, dijo para ratificar la posición que expresó en campaña. Fernández insistió así en que no facilitará un gobierno del PSC si Sánchez e Illa no ponen fin a sus alianzas con los partidos independentistas.