El Rey Felipe VI ha aterrizado poco después de las 19.40 horas (1.40 del jueves en España) en la ciudad ecuatoriana de Cuenca para participar en la XXIX Cumbre Iberoamericana, una cita marcada por las ausencias ya que solo participaran cuatro de los 22 jefes de Estado.
A su llegada al Aeropuerto Mariscal Lamar, el monarca ha sido recibido a pie de pista por el gobernador de Azuay, la región donde se encuentra Cuenca, y la jefa de Protocolo de la Presidencia ecuatoriana, así como el embajador de España, Enrique Yturriaga. Tras ello, efectivos del Ejército ecuatoriano le han brindado honores militares.
Don Felipe, que ha viajado acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, intervendrá como es habitual en el pleno de la cumbre el viernes, donde en esta ocasión no estará el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se ha quedado en España para atender las consecuencias de la DANA.
Además, ese día participará en la ceremonia de traspaso por parte de Ecuador de la secretaría por témpore a España, ya que será el país que acogerá la siguiente cumbre en 2024, para la que aún no hay sede elegida.
Al margen de ello, Don Felipe tiene previsto clausurar junto con el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, el XV Encuentro Empresarial Iberoamericano el jueves por la tarde. Precisamente, el presidente luso ha aterrizado poco antes en Cuenca que el Rey.
El rey Felipe VI ha visitado este jueves la escuela de fútbol puesta en marcha por la Junta de Beneficencia de Guayaquil y el Atlético de Madrid en la ciudad ecuatoriana de Cuenca, proyecto en el que participan 600 niños y que tiene como objetivo alejar a los jóvenes de la violencia a través del deporte.
El rey ha asistido a una demostración del trabajo de la escuela junto al presidente de Ecuador, Daniel Noboa, y el presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo.