La masiva afluencia y el calor del público congregado en la Plaza de España de Lebrija (Sevilla) y calles aledañas desde primeras horas de la mañana han marcado la visita del Rey Felipe VI este miércoles al municipio con motivo del V centenario de la muerte de Elio Antonio de Nebrija.
Pocos minutos antes de las 11,30 horas, llegaba el Rey a la céntrica plaza de la localidad, acompañado del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska. Le esperaban el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y el alcalde, Pepe Barroso, quien le entregaba el bastón de mando antes de la foto de familia junto a la estatua de Elio Antonio.
Acto seguido, tras saludar uno a uno a todos los miembros de la Corporación municipal, el Rey visitaba el Ayuntamiento después de romper el protocolo en innumerables ocasiones para saludar a algunas de las miles de personas que aguardaban impacientes su presencia tras las vallas de seguridad, la inmensa mayoría con banderas de España, en una plaza abarrotada y engalanada para la ocasión con gallardetes y colgaduras.
Un público de todas las edades entregado y exultante con la primera visita de un monarca, lo que justificaba el carácter oficioso de una jornada festiva y que no ha cesado de vitorear y de aplaudir a Felipe VI. Nadie en la ciudad, absolutamente nadie, ha querido perderse esta visita de la Casa Real y, por ello, se han dado cita en gran número en cada tramo del recorrido a pie que ha efectuado el Rey, que ha paseado por algunas de las calles más emblemáticas de la localidad, entre ellas aquella en la que nació el ilustre humanista y autor de la primera gramática castellana.
En el Ayuntamiento, el Rey ha firmado en el libro de honor y ha recibido una reproducción de la estatua de Nebrija. Don Felipe ha dejado constancia por escrito de la "ocasión muy especial" que ha supuesto esta visita oficial, por primera vez, a la ciudad de Lebrija, "y hacerlo cuando se conmemora el 500 aniversario del fallecimiento del más ilustre y universal de sus hijos: Elio Antonio de Nebrija".
"Recordar su figura y su obra es algo que todos los que hablamos la lengua española, debemos hacer. A tal efecto se convocó el Año de Nebrija y se formó la Comisión Nacional para darle el realce y el apoyo necesario. No podía faltar esta visita y, por tanto, agradezco al Ayuntamiento y a la Junta de Andalucía haber facilitado su realización", ha destacado el Rey. "A todos los lebrijanos y lebrijanas los saludo con gran afecto y gratitud por su muestras de cariño y bienvenida", ha concluido.
Muestras de afecto que han sido una constante en su visita a la ciudad, si bien a algún que otro vecino, le "habría gustado más que hubiera venido la Reina". Otros, en cambio, le hubieran trasladado una reivindicación común para la mayoría de los lebrijanos: "Más balsas para los regantes del Bajo Guadalquivir, porque los agricultores lo estamos pasando mal con la sequía".
Precisamente, Felipe VI ha querido visitar la Balsa de don Melendo, donde se regulan los regadíos del Bajo Guadalquivir, para reunirse con miembros de la Comunidad de Regantes B-XII y agricultores de la zona, que le han explicado los terribles efectos de la sequía --la balsa, con capacidad de ocho hectómestros públicos, está al diez por ciento--, pero también los logros técnicos y humanos para mantener activos y productivos los cultivos de algodón y hortícolas.
ENCUENTRO CON REPRESENTANTES DE LA SOCIEDAD CIVIL
El Rey se ha reunido también en la Casa de la Cultura con representantes de la sociedad civil, en concreto, panaderos artesanos, gente del mundo del flamenco y de las pymes, entre otros ámbitos, y de la comisión local del V centenario de la muerte de Nebrija.
Con anterioridad, Felipe VI ha recorrido a pie el tramo que separa el Consistorio de la citada Casa de la Cultura y durante el trayecto, donde de nuevo ha recibido un auténtico baño de masas, ha visitado brevemente el convento de las monjas concepcionistas franciscanas --orden contemporánea a Nebrija que llevan más de cinco siglos en la localidad--, quienes le han obsequiado con sus famosos dulces de mazapán con forma de rebaño de ovejas.
El alcalde de Lebrija, Pepe Barroso, ha expresado la "inmensa felicidad" que ha supuesto para todos los vecinos la visita del monarca, "extraordinario colofón a los actos conmemorativos por Nebrija", al tiempo que ha destacado que fue el bisabuelo del Rey, Alfonso XIII, quien en 1922 "y también por un asunto relacionado con nuestro vecino universal", ya que se cumplían los 400 años de su muerte, dedicó al Consistorio de la Villa una foto suya "en honra y gloria a las letras y a la ciudad de Lebrija". "A partir de ahí, el entonces alcalde solicitó que se reconociera a Lebrija como ciudad, título que se le concedió años más tarde", ha recordado el regidor.
El Rey ha estado acompañado en todo momento por el presidente de la Junta, aclamado también de manera masiva a su llegada por un público animoso y deseoso de saludarle, y el ministro del Interior.
El delegado del Gobierno, Pedro Fernández, y el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, han formado parte del nutrido grupo de autoridades políticas que ha acudido a esta histórica visita.