Un proyecto piloto de la Fundación Juan XXIII Roncalli, ha permitido trasladar sesiones individuales de estimulación sensorial a los domicilios de personas con discapacidad intelectual. Se trata de espacios interactivos que han conseguido mejorar la calidad de vida de unos usuarios con grandes necesidades de apoyo.
A través de estas sesiones las personas con gran discapacidad intelectual reciben estímulos, sensaciones y emociones que no les llegarían de otra forma. En unos casos se trabaja la movilidad articular y la relajación del tono muscular.En otros se trata de trabajar el seguimiento visual y sentir el tacto a través de la vibración de sus manos. La pandemia supuso un intermedio en este tipo de terapia muy necesaria. Algunos usuarios dejaron de asistir y ahora la Fundación Juan XXIII pone en marcha el proyecto Snoezelen en casa. Cerca de 40 familias se beneficias de esta iniciativa de estimulación sensorial.