La Fiscalía de Barcelona pide cinco años de prisión para dos de los tres chicos acusados de un delito de lesiones con la agravante de homofobia por la paliza que le dieron a un joven en el metro.
El denunciante sufrió una agresión homófoba en el Metro de Barcelona el 12 de enero de 2019, y ha declarado este viernes en el Juzgado Penal 20 de Barcelona que mientras le golpeaban "tenía la sensación de estar rodeado, acorralado".
En el momento de la agresión había cuatro jóvenes, uno ya condenado en la jurisdicción de menores. El juicio de este viernes ha empezado con los tres adultos como acusados, pero finalmente solo dos se enfrentan a una condena porque todas las acusaciones han retirado los cargos contra el tercero al constatar que solo presenció la paliza, así que ya está absuelto.
La víctima ha declarado, desde una cabina anexa a la sala de juicio para evitar el contacto visual con los acusados, que sobre las 6 de la mañana cogió el Metro en la estación Rocafort para ir a trabajar, vestido con una camiseta que tenía el dibujo de un oso y el texto 'aliméntame y dime que soy guapo', lo que causó "miradas de desaprobación" en un grupo de cuatro o cinco personas que había en el vagón.
Uno se sentó a su lado y empezó a hacerle burlas y "gestos femeninos o más asociados a la feminidad", apoyándose sobre él, mientras el resto lo animaban, y cuando el denunciante se movió hacia la otra punta del vagón los cuatro le siguieron.
El chico que empezó estas burlas era menor de edad y ya ha sido condenado en juzgado de menores por una agresión con agravante homófoba con una sentencia de conformidad, ya que reconoció los hechos y aceptó la condena. Este joven ha declarado como testigo en el juicio de este viernes, y ha admitido que hizo "burla" a la víctima.
Al llegar a Urquinaona, bajaron del vagón y le empujaron por detrás, haciéndole caer. "Me noto en el suelo, con varias personas agrediéndome", y ha dicho que le golpearon por todo el cuerpo, también en la cara y en la cabeza, y que aunque no podía verles de cara les reconoció por la vestimenta y el peinado.
Después, una ambulancia le llevó al hospital y necesitó puntos de sutura en el ojo, y también tenía varios hematomas por todo el cuerpo.
"Ahora si voy con un chico me cuesta mucho dar la mano y prefiero no dar muestras de afecto en público para evitar problemas". Sobre las secuelas psicológicas también ha explicado que sufre ansiedad al ir en transporte público desde entonces.
Los acusados se han desvinculado de la agresión. El primero ha dicho que solo vio la paliza sin intervenir, otro que no recuerda qué pasó al bajar del vagón, y el tercero que vio cómo le golpeaban e intentó "separarlos".
Sin embargo, las acusaciones han presentado como prueba las grabaciones de las cámaras de seguridad del Metro, que filmaron lo que ocurrió en la estación de Urquinaona.
Los dos sospechosos que finalmente esperarán sentencia se enfrentan a peticiones de condenas que ascienden hasta los cinco años de prisión. Fiscalía, por su parte, ha exigido esta pena por un delito de lesiones con el agravante de móvil discriminatorio.
El Observatori Contra l'Homofòbia (OCH), que representa a la víctima, y el Ayuntamiento de Barcelona han pedido penas de cinco años por lesiones agravadas y un delito contra la integridad moral.