La atención a nuevas adicciones de niños y jóvenes se ha disparado en los últimos cinco años.
Una de las conductas de riesgo que más se ha extendido es el consumo de bebidas energéticas a temprana edad. Además, señalan desde Proyecto Hombre, puede ser la puerta de entrada hacia otras adicciones como el consumo de alcohol o los psicofármacos.
Este tipo de bebidas suelen venir acompañadas con una imagen atractiva, que llama a su consumo y que promete energía extra. La realidad es que contienen altas dosis de cafeína y en algunos casos otros estimulantes como la taurina.
Sin embargo, un consumo excesivo puede ser perjudicial y llegar a convertirse en un hábito peligroso. El informe Estude sobre adicciones refleja que son muchos los menores de más de 14 años que las beben.
De hecho, y según revela este informe, hay una mayor prevalencia de consumo de drogas entre aquellos estudiantes que han consumido este tipo de bebidas.