El caso del espionaje con Pegasus está dinamitando los puentes entre el gobierno y la mayoría de la investidura que llevó a Pedro Sánchez a Moncloa. Una historia que nace de una investigación publicada en New Yorker sobre el espionaje y que acabó con el gobierno reconociendo que el presidente también fue espiado y provocando la salida de la directora del CNI.
Decenas de políticos independentistas espiados y la repulsa de la Generalitat y los socios que sostienen al Gobierno.
Sánchez llegó a enviar a Barcelona a su ministro Félix Bolaños para dar explicaciones a la consejera Laura Vilagrá.
Después la ministra de Defensa Margarita Robles justificaba los espionajes.
Pese a ello, la directora del Centro Nacional de Independencia, Paz Esteban, es cesada por el Gobierno.
Pese a las reticencias, lo cierto es que los apoyos necesarios para mantener al Gobierno, por el momento, continúan.