En los dos años que han pasado desde que se pusieron en marcha, las patrullas antigrafiti han limpiado un millón y medio de metros cuadrados, una superficie que equivale a 150 veces la superficie de la Plaza Mayor.
Solo en este año se han tramitado más de 360 sanciones por pintar grafitis. A partir de ahora, para eludir la multa, tendrán que limpiar ellos mismos la fachada.
Uno de los lugares donde suelen 'trabajar' los grafiteros es en la plaza del Dos de Mayo, por eso los elementos de piedra ya tienen una protección antigrafiti que facilita la limpieza. Cada 25 días, el servicio de SELUR acude a esta plaza. En otros barrios limpian cada 45 o 60 días.
Latina, Carabanchel y centro son los distritos más afectados. También actúan por avisos de vecinos y en dos horas si es una pintada alusiva.
En este servicio trabajan 110 operarios. Genera un gasto de un millón de euros al mes, aunque desde el ayuntamiento observan que el fenómeno está disminuyendo en algunas zonas.