Las altas temperaturas, unidas a la sequía, van a provocar que se recoja mucho menos que en veranos anteriores. Esta es la gran preocupación de los apicultores.
Nos hemos trasladado a una finca de Aranjuez centrada en la producción de miel. En cada colmena hay unas 70.000 abejas ibéricas, que tal y como explica Víctor Rodríguez, su apicultor, “son las más acostumbradas a nuestro frío, nuestro calor. Pero este año, la falta de lluvia las está perjudicando. Y es que, en palabras de Víctor “si no hay agua, no hay floración y si no hay floración no hay miel”. Una abeja, consume aproximadamente un litro de agua al día para poder producir miel, cera y ventilar la colmena.
Y como falta agua, la producción de miel va a caer aproximadamente un 70%. Si lo normal es sacar entre 15 y 20 kilos por colmena, este año no saldrán más de 5 o 6, y en algunos casos, ninguna. “Algunas colmenas habrá que dejárselo para el invierno, porque si se lo quitamos luego no hay miel en el invierno para ellas”, afirma Víctor.
A la sequía, se unen las altas temperaturas y los incendios lo que, como explica Aurora Phiver, colmenita del Tajo, “pone en riesgo las próximas temporadas” porque el monte “necesita tiempo para recuperarse”.
Sin plantas ni flores, las abejas mueren, y sin ellas no hay vida, porque su principal valor no es producir miel, sino la polinización, fundamental para cualquier ecosistema.