Las Majas de Goya, la desnuda y la vestida, son dos de las obras más icónicas del Museo del Prado y desde hoy ocupan el espacio "que se merecen" en una sala más amplia que comparten con una Venus de Tiziano, una nueva propuesta de exhibición presentada junto a dos bocetos del artista aragonés apenas vistos hasta ahora.
De los tres millones de visitantes que antes de la pandemia visitaban el Museo del Prado, ha explicado este martes su director, Miguel Falomir, casi todos ellos iban a contemplar las Majas de Goya, lo que generaba aglomeraciones de público por lo que se decidió suprimir un murete que ha dado paso a una sala más amplia en la que se ofrece ahora un acercamiento más panorámico y sugestivo a estas obras.
De este modo el museo termina con las "congestiones" de visitantes que se agolpaban para ver las Majas de Goya al ampliar el espacio que las acoge en la sala del edificio Villanueva, además de acompañarlas con una nueva obra de Tiziano que bien pudo inspirar a Goya en este "subgénero" de pintura.
Las dos majas de Goya se podrán contemplar ahora en el espacio "que se merecen" junto a "Venus recreándose con el Amor y la Música" de Tiziano, una obra pintada hacia 1555, reflejando así esta composición la decoración que había en uno de los gabinetes del Palacio del valido Manuel Godoy.
En este gabinete, se encontraban las Majas de Goya junto a representaciones de la diosa del amor, como la "Venus del Espejo" de Velázquez, que se encuentra en la National Gallery de Londres, y una de Tiziano en una pequeña copia.
A este nuevo espacio expositivo se han unido en una sala contigua los dos primeros bocetos preparatorios que realizó Goya para el cuadro del altar "La predicación de San Bernardino de Siena ante Alfonso V de Aragón", destinado a una de las capillas de la nueva Real Basílica de San Francisco el Grande de Madrid.
"Carlos III, cazador", "Los duques de Osuna y sus hijos", "Un garrochista", "El general Antonio Ricardos", "La reina María Luisa con tontillo" o "Carlos IV" son algunos de los retratos de Goya que acoge esta sala, una muestra de la capacidad del artista de crear obras únicas en cuanto a composición y creatividad, así como la forma moderna de reproducir a la realeza, ha destacado la conservadora Gudrun Maurer.