Parte de las tropas rusas han comenzado su retirada de la frontera con Ucrania, y lo han hecho tras finalizar sus maniobras de entrenamiento. Así lo ha comunicado Igor Khonashenkov, portavoz del Ministerio de defensa ruso.
Sin embargo, y a pesar de que la OTAN valoró con "optimismo cauto" que Rusia haya dado señales de continuar la vía diplomática en la crisis con Ucrania, niegan que eso está ocurriendo tal y como aseguran los rusos. A pesar de esta hipotética retirada parcial, dicen, todavía quedan más de cien mil soldados rusos en la frontera.
El riesgo de ataque es muy probable, según Estados Unidos, que ha cerrado su embajada en Kiev. La diplomacia sigue intentando evitar la guerra. De hecho, hoy el canciller Scholz se entrevista con Putin.
Un 'alivio' que la OTAN no se cree
Tras varios días viendo como las tropas soviéticas se acercaban a la frontera ucraniana por tierra, mar y aire, alimentando un posible ataque inminente, las declaraciones del portavoz del ministerio de defensa ruso suponen una bocanada de aire fresco.
Igor Kolasenkov anuncia la retirada de parte de las tropas tras acabar sus entrenamientos y varios tanques empiezan a ser cargados para volver a sus lugares de orígenes.
Pero a pesar de esta retirada 'parcial', Occidente todavía ve muy probable un ataque por parte de Rusia.
"Estoy muy preocupada por la situación", dice la ministra de exteriores británica Liz Truss.
Estados Unidos ha decido cerrar su embajada en Kiev y trasladar a todo su personal cerca de la frontera con Polonia. Y el canciller Olaf Schoz se reúne con Putin para rebajar grados en la tensión.