La situación de las mujeres en Afganistán se complica y aún más, en algunos casos, si estas mujeres son periodistas. Según Reporteros sin Fronteras, desde que llegaron los talibanes el número de periodistas ha bajado de 700 a 100. Han pedido ayuda a la comunidad internacional para que su situación no empeore.
Como la de la periodista que el pasado 17 de agosto entrevistó por primera vez a un líder talibán, dos días después de que tomaran el poder en Kabul. Entonces se interpretó como todo un gesto simbólico.
Falleció en un atentado
Bethestha Argand huyó de Afganistán el pasado 30 de agosto " por miedo a los talibanes". Cuatro días después de que los islamistas volvieran al país una youtuber grabó un vídeo en el que decía: “La vida en Kabul se ha vuelto muy difícil, especialmente para aquellos que solían ser libres y felices".
"Ojalá sea un mal sueño, ojalá podamos despertar un día", añadió, entre lágrimas "Pero sé que no es posible”. Días después falleció en un atentado a las puertas del aeropuerto afgano.
Según Reporteros sin Fronteras, menos de un centenar de las 700 periodistas que trabajaban en Kabul han podido seguir manteniendo su actividad.
Miedo y petición de ayuda internacional
Una diputada afgana expresa su miedo: "conocemos la naturaleza de los talibanes. Un escenario bueno sería que nos permitieran ir a la escuela o la universidad y mantener nuestros trabajos”.
Por su parte los portavoces talibanes dicen que "las mujeres pueden continuar con su vida normal. La gente no debe preocuparse”. Pero son declaraciones que infunden poca confianza.
Activistas afganas escondidas en Kabul piden ayuda internacional para que no queden en el olvido.