Erik no pudo esperar a nacer en el hospital. Su madre se puso de parto, subió al coche para ir desde Escalona a Toledo, pero su marido tuvo que detenerse en una gasolinera. Allí nació Erik.
Todo salió bien y fue muy rápido. Erik tuvo suerte, en la cafetería de la gasolinera se encontraba casualmente una enfermera que asistió el nacimiento. Gracias a ella el bebé llegó a este mundo sano y salvo.
Tamara y su bebé se recuperan perfectamente en el Hospital de Toledo donde, en breve, les darán el alta.
Gracias ,a la intervención de la enfermera que se encontraba en la cafetería de esa estación de servicio.