Las pequeñas y medianas empresas ven pocos incentivos empresariales para sumarse a los planes de pensiones de empresa que pretende desarrollar el Gobierno que, por primera vez, permitirán sumarse a ellos a los trabajadores autónomos.
Los planes de pensiones de empresa son la apuesta del Gobierno.
Se trata de un instrumento de ahorro a largo plazo al que el Ejecutivo quiere facilitar su desarrollo en un momento en el que se recortan los beneficios fiscales a los planes de pensiones individuales.
En la actualidad hay dos millones de trabajadores adheridos a planes de empleo que mueven 35.000 millones de euros. El objetivo del Gobierno es que, en 10 años sean cinco veces más.
A ellos, podrán acogerse asalariados, y por primera vez, los trabajadores autónomos como recuerda José Antonio Herce, doctor en Economía y socio de LoRIS.
Todo ellos podrán deducirse hasta un máximo de 5.750 euros anuales, en un momento en el que los planes privados de pensiones individuales han perdido su atractivo por deducción fiscal y que este año vuelve a bajar hasta los 1.500 euros.
Sin embargo, el principal problema para su desarrollo es la falta de incentivos que reúnen para las empresas, según señala la presidenta de UNESPA, Pilar González de Frutos, que podrán deducirse en las cotizaciones sociales un máximo de 115 euros al mes por empleado.
Sin más incentivos, auguran, que estos planes de empresa, solo seguirán en las grandes multinacionales y será imposible implementarlos en las pymes que representan el 90% del tejido empresarial.