En el juicio por el crimen de Juana Canal, cuyos restos fueron encontrados en una finca de Ávila 16 años después de su desaparición, los investigadores dudan de la versión que ha dado su pareja y acusado.
El inspector de la Policía Nacional a cargo de la investigación ha apuntalado en el juicio la hipótesis de que el fallecimiento de la víctima no fue accidental.
El jefe del grupo de Homicidios de la Policía ha hecho un relato pormenorizado de las pesquisas llevadas a cabo desde que determinaron que los huesos hallados en Navalacruz eran los de Juana Canal, para las que tuvieron que retroceder casi dos décadas para llegar hasta el acusado.
LA LLAMADA AL 091
En concreto, consiguieron certificar que la noche de la desaparición, sobre las 2:26 de la madrugada, la fallecida llamó al 091 alertando de que estaba siendo agredida por su pareja.
Una patrulla acudió al domicilio, pero al ver que la discusión había cesado lo dejaron estar. Los investigadores buscaron el parte policial de aquella noche en un sótano inundado de la comisaría de Ciudad Lineal, pero no consiguieron dar con él.
En la hipótesis sobre la intencionalidad del crimen ha coincidido el capitán de la unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil en Ávila, provincia en la que se encuentra el lugar en el que unos senderistas hallaron los restos de Juana Canal, un paraje próximo a una finca propiedad de la familia del acusado, ubicada en Navalacruz.
"No tiene sentido que si es una muerte accidental no llamara a los servicios de emergencia. Si hubiera sido accidental, con una simple inspección ocular se hubiera sabido bien la verdad", ha manifestado.
En el juicio con jurado popular contra Jesús Pradales, entonces pareja de la víctima, la Fiscalía y la acusación particular solicitan una pena de 15 años de prisión por un delito de homicidio doloso.
Pradales, autor confeso de la muerte de Juana Canal, declaró el martes y sostuvo que la noche de los hechos, del 22 al 23 de febrero de 2003, él la empujó durante una discusión y que, cuando la vio sin vida, entró en pánico, descuartizó su cuerpo y se deshizo de sus restos.