Se cumplen 50 años de la tragedia aérea de los Andes que tuvo lugar el 13 de octubre de 1972. Un avión con 45 personas salió desde Uruguay a Santiago de Chile, pero no consiguió llegar a su destino. Se estrelló sobre un glaciar en Los Andes por un error del piloto.
Hubo 29 fallecidos, algunos murieron en el accidente y otros durante los 72 días de condiciones extremas, se enfrentaron a temperaturas de 30 bajo cero. Para seguir con vida tuvieron que alimentarse de los cuerpos de los compañeros fallecidos. Hubo 16 supervivientes, entre ellos, Parrado o Roberto Canessa.
Ambos, lanzaron una carta envuelta en una piedra a un ganadero que se encontraba al otro lado del río. En ella, le explicaban que eran los supervivientes del avión estrellado. Fue entonces cuando comenzó la búsqueda de los otros viajeros según las indicaciones de Parrado y Canessa.
Días posteriores al rescate, los supervivientes confesaban haber realizado antropofagia (acto de comer carne de seres de su misma especie) para sobrevivir. “Pensé, si es para conservar la vida, es lo que me gustaría que me pasara a mi si mi cuerpo fuera el que está aquí”, explica Roberto Canessa, superviviente del vuelo 571. Todos los años, los supervivientes de la tragedia se reúnen para honrar a los que les dieron una nueva vida.