Una niña gallega ha presentado una reclamación de responsabilidad patrimonial a la sanidad pública por haber iniciado su cambio de sexo, con una extirpación de pechos y de útero, sin ninguna supervisión psiquiátrica.
Con la nueva ley los médicos que soliciten esa supervisión en el caso de un menor están expuestos a graves sanciones.
Es una de las primeras reclamaciones a la sanidad pública por un cambio de sexo sin supervisión psiquiátrica.
Susana, con 15 años y con antecedentes psicológicos, declara ser trans, le extirpan los pechos y el útero, porque la legislación autonómica gallega lo permite.
Años después vuelve al médico. Susana es autista y ningún médico lo detectó.
Es lo que se denomina disforia de género de inicio rápido, un fenómeno que la actual ley trans olvida.
Solo en Madrid las peticiones de tratamiento alcanzan en un año 5600 casos, con un determinado perfil: el 80 por ciento son niñas.
La asociación Amanda advierte de que en otros países europeos ya se está cambiando las leyes.