Uno de los menores maltratados por su padre en Colmenar: "Se enfadó y me empezó a dar con un martillo en la cabeza"
Palizas, amenazas y marcas por todo el cuerpo que el padre, médico en el Hospital Gregorio Marañón, se encargaba de justificar, afirman ante el juez
Foto: TELEMADRID |Vídeo: Telemadrid
REDACCIÓN
Novedades en el caso de los menores maltratados por su propio padre en la casa familiar de Colmenar Viejo. Este martes se han conocido extractos de las declaraciones de los niños ante el juez que instruye el caso. En ellos se da cuenta de la violencia con la que actuaba el padre.
Tres de los 8 menores de Colmenar Viejo le han contado a la Guardia Civil su calvario, que su padre les maltrataba en casa. A veces, simplemente por ver la tele.
"Se enfadó y me empezó a dar con un martillo en la cabeza, o a veces en la mano”. En este episodio, el menor se cubrió, pero aún así le hizo una brecha.
Otra de las agresiones vino por ver la serie Pokemon, la reacción del padre denota su severidad: "Nos desnudaba a mi hermana y a mí, nos empezó a dar con el rodillo de cocinar y dijo que no iba a parar hasta que no le dijéramos quién había sido". Recibieron según su declaración, golpes por todo el cuerpo.
También relatan que en ocasiones llegaban a perder el conocimiento. "Mi padre cuando le digo que yo no he hecho alguna cosa, me ahoga, me sube, me levanta y cuando me ahoga con todas sus fuerzas pues yo.. es como si la mente se me fuera en blanco, no veo nada y todo está en blanco y luego cuando me despierto... mi padre me dice que como lo vuelva a hacer, que se enfada mucho y que como lo vuelva a hacer que me mata".
Los menores acudían al colegio con marcas y su propio padre, doctor en el Hospital Gregorio Marañón, firmaba los partes médicos. La confesión de una de ellas a su profesora aceleró el proceso. Los menores exculpan, eso sí, a la madre.
"Mamá se ponía nerviosa, intentaba tranquilizar a mi padre o pararle y mi padre la retiraba y le decía que le dejara en paz que ella tenía la culpa de todo. Mi madre no podía hacer nada".
Los ocho menores de entre 14 y 4 años, vivían en una misma habitación con dos literas y una cama.