Los vascos, son los últimos hombres prehistóricos que quedan en España, según un estudio genético publicado en la revista Science que ha analizado el ADN de 300 personas de la Península Ibérica. Este estudio arroja un dato llamativo:los genes de los pueblos vascos se mantienen básicamente intactos nada menos que desde la Edad de Hierro.
ADN antiguo en la Península
Una investigación realizada por un equipo internacional de 111 personas de más de 70 instituciones ha elaborado el estudio más grande hasta la fecha de ADN antiguo de la Península Ibérica, ofreciendo así nuevas perspectivas sobre las poblaciones que vivieron en esta región durante los últimos 8.000 años.
El estudio, que se publica este viernes en la revista 'Science', está liderado por investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard y el Instituto de Biología Evolutiva en Barcelona, centro mixto de la Universidad Pompeu Fabra y el CSIC. Sus resultados, que vislumbran la huella genómica en los españoles de poblaciones antiguas y colonizadoras, griegos, romanos y musulmanes, entre otros.
De Europa del Este
Algunos de los resultados más destacados es que grupos nómadas de la Estepa de Europa del Este reemplazaron hace entre 4.000 y 4.500 años progresivamente el ADN de los ibéricos, que la genética de los vascos apenas ha cambiado desde la Edad del Hierro (hace unos 3.000 años) y que el contacto entre España y el norte de África es mucho anterior a la llegada de los musulmanes.
El trabajo también proporciona una explicación adicional de por qué los vascos actuales, que tienen una lengua --la única preindoeuropea de Europa que todavía se habla-- y una cultura tan distintivas, son tan diferentes de otros ìberos, y es que se ha descubierto que los vascos de hoy en día son genéticamente similares a las personas de hace unos 3.000 años (Edad del Hierro) en toda la Península.
Los resultados también refutan algunas teorías sobre este pueblo del norte de España, que apuntaban que eran descendientes de cazadores mesolíticos o de los primeros agricultores que vivieron en la Península, ya que el estudio muestra que la influencia genética de los pueblos de la Estepa --quienes extendieron las lenguas indoeuropeas por Europa-- también llegó al País Vasco. De hecho, estos tienen una de las frecuencias más altas del cromosoma Y R1b. Esto demostraría que hay una cierta disociación entre lengua y ancestralidad.