Javier Ceballos Zapata ha admitido en el juicio, por primera vez en tres años, que mató a A.P., un joven de 27 años de Rivas Vacimadrid que desapareció en agosto de 2016, por su grave adicción a las drogas y ha asegurado que pagó 4.500 euros a un "sudamericano" que le recomendó el acusado Francisco Gomara, apodado 'Paco El Loco', para deshacerse del cuerpo y descuartizarlo.
El juicio por el macabro crimen que se enmarca en "el mundo de la drogadicción" se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid con cuatro acusados en el banquillo. En la sesión ha declarado Ceballos y las partes han expuesto la presentación previa de los hechos al Jurado Popular que tendrá que dilucidar sobre el grado de implicación de cada uno de ellos. Este miércoles continúan las declaraciones de los acusados.
Escasa petición de penas
El fiscal pide 13 años y cuatro meses de prisión para el autor material por un delito de homicidio y profanación de cadáver, mientras que solicita dos años y tres meses para dos acusados de un delito de encubrimiento, David Tena y Francisco Gomara, alias 'Paco El Loco'.
La acusación particular, en nombre de los padres y el hermano del fallecido, sienta también en el banquillo a la expareja de Gomara por encubrimiento y califica el crimen de asesinato, dado que la víctima no se pudo defender de su agresor. Pide para Ceballos 25 años de cárcel.
Posible causa pasional
Hasta ahora se pensaba que el móvil que llevó a Ceballos a matar al que fuera su amigo se trataba de un asunto de drogas, pero fuentes jurídicas apuntan a una causa pasional relacionada con la que era novia del fallecido y que habría mantenido también una relación con el homicida. La exnovia está citada como testigo en el juicio.
Los hechos se produjeron en la mañana del 10 de agosto de 2016 en un piso de Rivas cuando se produjo una discusión por un asunto de drogas entre la víctima y su homicida. Tras el crimen, según le acusa el fiscal, Javier Ceballos Zapata contactó con los otros dos procesados para que se deshicieran del cadáver, que fue quemado durante tres días en un bidón de gasolina en una finca de El Pardo.
Confesión
En su declaración, Ceballos ha reconocido que lo mató la noche del 9 al 10 de agosto de 2016 después de pasar el día consumiendo cocaína y otras drogas. Por la mañana, recogió a A.P. en la calle Gran Vía de la capital para mirar unos presupuestos de pintura y por la tarde se quedaron en la vivienda de David Tena.
Según su relato, pidió a la víctima que se fuera de su casa y éste no quiso. En un momento de enfrentamiento, A.P. cogió un cuchillo y el acusado se lo arrebató, clavándoselo. Al día siguiente, llamó a Paco y éste le recomendó a una persona "sudamericana" para deshacerse del cuerpo.
A causa de las drogas
Aunque Francisco Gomara no ha declarado, sí ha presentado los hechos su letrado. El abogado Alberto Pedraza ha situado el crimen en el "mundo de la drogadicción" en el que se producen situaciones de "paranoia" e "invenciones", recalcando que no hay pruebas de que su cliente haya participado en descuartizar el cadáver de nadie ni hacerlo desaparecer.
"Si hubo tanta sangre, mi cliente tendría que haber tenido alguna gota de sangre y no se le encontró nada", ha aseverado el letrado, quien ha recordado el caso del asesinato de la joven Rocío Wanninkhof para pedir al jurado que sea riguroso y no condene a un inocente como pasó con Dolores Vázquez.
En el caso de que se le condene, ha solicitado que se le aplique las atenuantes de eximente completa por intoxicación por su consumo de drogas y atenuante por el trastorno mental que sufre desde los nueve años.
La víctima no pudo defenderse
Por su parte, el abogado Jaime Sanz de Bremond ha defendido que la víctima no se pudo defender, lo que muestran las fotografiáis que se tomó el homicida tras el crimen en la playa junto a su novia. "No hubo ninguna pelea", ha reseñado para justificar que el ataque del agresor fue sorpresivo.
También ha expuesto los hechos el letrado de David Tena, el dueño de la vivienda donde se cometió el crimen y amigo de la infancia del autor material. Se le acusa de un delito de encubrimiento.
Al parecer, Tena se encontró la madrugada en la que se cometió el crimen con "una escena dantesca", según su defensa. Cuando llegó a su casa a las cuatro de la madrugada, Ceballos había puesto la llave. Al abrirle, su amigo de hace 25 años estaba cubierto de sangre y con "cara de loco". Nada más entrar en la casa, vio un reguero de sangre y el cuerpo de la persona que había conocido horas antes tirada en el suelo de la cocina bocabajo.
Tras contemplarlo sucedido, se fue. Según su letrado, entró en shock y estuvo deambulando cuatro días por la capital, durmiendo en su coche y hostales. Su letrado defiende que entonces no lo contó a la Guardia Civil por lo que se conoce como miedo insuperable, ya que el agresor le había dicho que de ese tema no hablara. Cuando se le detuvo, contó lo sucedido con detalle.
La Policía resolvió el crimen siete meses después y detalló la operación en una rueda de prensa. Al parecer, el cadáver había sido troceado y quemado durante tres días en un bidón de gasolina en una finca de El Pardo. Tras quedar reducido a cenizas, se esparció el polvo.