Las tribus amazónicas ven amenazadas sus tierras por las mafias de la madera que talan, retiran la vegetación y la queman en la época seca. El presidente brasileño Bolsonaro considera a los indígenas un obstáculo para el desarrollo, por lo que estos han decidido actuar.
Los guerreros indígenas de la tribu Tembé se han puesto las pinturas de guerra y, a los que vienen con maquinaria para talar, como motosierras, camiones y tractores, se la queman. "Destrozamos las máquinas porque ellos destruyen nuestras vidas y el bosque de la reserva", ha asegurado uno de los guerreros.
Sin embargo, temen las consecuencias. Las mujeres dicen que los leñadores les amenazan y piden chalecos antibalas. El jefe del poblado Tekohaw dice que "no queremos que nos maten las balas, queremos que el gobierno asuma su responsabilidad y nos proteja".
Sus casi 3.000 kilómetros de reserva se ven amenazados y, alrededor de un 14%, es territorio indígena. Según el Bolsonaro, se trata de una extensión demasiado grande para una población tan pequeña.