La Covid-19 le está poniendo las cosas muy difíciles a las personas con discapacidad auditiva. La mascarilla se convierte en una barrera infranqueable para la comunicación.
Paula, por ejemplo, echa de menos mascarillas transparentes. También para Ana María la mascarilla es una barrera, porque la expresión es muy importante en la lengua de signos.
Para las personas sordas los servicios que ahora se prestan por teléfono como el médico resultan inaccesibles si no tienen a alguien al lado que responda la llamada. También se ha agravado su problema a la hora de encontrar trabajo. La Covid ha supuesto un retroceso en sus logros.
Este colectivo reclama que se homologuen las mascarillas transparentes, no solo para ellos, sino para otros grupos como los médicos o farmacéuticos y que la información sanitaria sea accesible para todos.
Paula ha escrito en su mascarilla: "Soy sorda, no puedo leer tus labios". Lo hace para concienciar, porque ella y el resto de las personas sordas dependen, en estos momentos, de la voluntad de los demás.