La sequía también afecta a la ganadería. La falta de lluvia ha impedido que crezcan los pastos que alimentan al ganado. Las pérdidas se van acumulando día a día.
Arroyos y abrevaderos sin agua. No hay para que beba el ganado en algunas explotaciones pero sobre todo falta el pasto para que puedan comer.
Sin suficientes forrajes hay que recurrir a más pienso y paja. Eso supone para una explotación media unos 2.000 euros al mes. Los beneficios se van en estos suplementos. Y no es algo que ocurra en el Sur o en la Meseta. En la España verde, el ganado también acusa la falta de humedad en el suelo.