Ahora que son obligatorias en espacios públicos cerrados y en lugares abiertos en donde no podemos guardar la distancia de seguridad, nos damos cuenta de que además de ser algo incómodas, pueden originar problemas cutáneos. Desde rozaduras hasta irritaciones o hipersensibilidad. Estos son algunos de los posibles 'daños colaterales' ocasionados por el uso de mascarillas.
Las mascarillas pueden provocar irritación e hipersensibilidad que además se agrava con el calor. Marcas, granos, picor y roces en nariz y orejas son algunos de los síntomas. Para evitarlos, los expertos dermatólogos nos recomiendan usar adhesivos protectores para la nariz y gomas elásticas o sujecciones para no tirar detrás de las orejas.
Antes de colocar la mascarilla, además, debemos asegurarnos de tener el rostro completamente limpio y es recomendable el uso de una crema hidratante que no sea demasiado densa, sino mejor de consistencia fluida.
Los hombres con barba pueden tener más problemas
Las mascarillas también pueden ser irritantes para hombres con barba. De hecho, puede producirse foliculitis de barba -una infección de los folículos pilosos- e irritaciones de la piel. Unos efectos que pueden empeorar ante las altas temperaturas. La mascarilla dificulta la transpiración de la piel, con lo que puede ocasionar que se sude más de lo normal.
También conviene recordar que las mascarillas no protegen frente a los rayos solares. Los rayos ultravioletas atraviesan el tejido de las mascarillas, por lo que no hay que olvidar la crema protectora.